IRENE, de Pierre Lemaitre
El inspector Camille Verhoeven vive la vida perfecta: está casado con la maravillosa Irène, con quien espera su primer hijo. Pero su felicidad se resquebraja tras un asesinato inusualmente salvaje. Desde que la noticia se hace pública, la prensa parece acecharlo, y cada uno de sus movimientos se convierte en noticia de portada.
Cuando Verhoeven descubre que el asesino ha matado antes, y que cada uno de sus crímenes parece rendir homenaje a una novela negra clásica, los periodistas se apresuran a darle un sobrenombre: «El Novelista».
Quienes pueden ayudar a encontrarlo se suman a la lista de sospechosos: un librero y un profesor universitario expertos en novela negra. La investigación se convierte así en un duelo intelectual, y en una aterradora carrera contra el reloj.
Lemaitre acierta con su protagonista: Camille. El hombrecito de metro y medio de altura muestra un gran sentimentalismo hacia su mujer, Irène. Escribe muy bien todos sus miedos ilusiones y cariño, y es inevitable enfatizar con él. Además por el hecho de que es preciso por descuidos de su madre durante el embarazo.
En cuanto a los personajes secundarios, todos consiguen su cometido en la novela y hace una simbiosis muy buena con el principal.
La novela es de ritmo ágil. Y muy negra, no apta para impresionables. Los giros en la trama son reiterados y bien logrados.
Al resaltar: los asesinatos que describe el autor son homenajes a la historia de la novela negra.
Crítica: 7,5 puntos.
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