GHOST MAN, de Robert Hobbs



El escritor debutante Hobbs ha conseguido desarrollar un personaje particular: Ghostman. ¿Cuáles son sus singularidades? Hacer atracos a gran escala y no dejar rastro, desaparecer igual que un fantasma, desvanecerse como en un hechizo. ¿Y luego disfrutar de la fortuna conseguida? No, nada de eso; y la explicación deberán bucearla en las páginas.
El éxito constante es malo, desmotiva. Y Ghostman lo experimenta. Guiado por el hartazgo y la apatía, acepta diferentes trabajos con una característica común: apagar incendios, solucionar problemas. Un «fixer» de los delincuentes.

Luchará con las consecuencias de un fallido golpe a un camión blindado, que pertenece a un casino de Atlantic City. Los capítulos dejan migajas de su pasado, esbozos de su misteriosa identidad, el aspecto más interesante de la obra.

Crítica: 6 puntos.

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